Los laboratorios representan un entorno donde la precisión y la calidad son imprescindibles. Sin embargo, esta búsqueda de excelencia no tiene por qué ser sinónimo de un consumo excesivo de recursos naturales. En particular, el agua y la energía son dos recursos críticos que pueden ser gestionados de manera más eficiente sin comprometer los estándares de trabajo. En este contexto, la adopción de equipos innovadores se presenta como la solución más idónea, llegar a ser más sostenibles al tiempo que se mejora la eficacia operativa.